Yasunari Kawabata
Mil grullas
Booket, 2012
En la bella ciudad de Kamakura, una mujer que oculta una mancha en uno de sus pechos manipulará los preciosos objetos de un rito que transmitirán, como fantasmas, el peso del erotismo de una generación a otra. Y así, un joven hereda las obsesiones amorosas de su padre, experto en la ceremonia del té. Mil grullas en vuelo aparecen a lo largo del relato como misterioso auspicio. Kawabata explora en esta novela la fuerza del deseo y del remordimiento, y la sensualidad de la nostalgia. Una bellísima historia en donde cada gesto tiene un significado, e incluso hasta el más leve roce o suspiro tiene el poder de iluminar vidas enteras, a veces en el preciso instante en que son destruidas.
Puntuación
Reseña
Últimamente se me están acercando muchos libros de autores orientales; noto cómo cada vez más me van enganchando este tipo de lecturas, y tras haber leído hace poco a Mishima, me generaba mucha curiosidad descubrir al que fue su mentor y amigo, Yasunari Kawabata, que por cierto fue el primer autor japonés en ganar el Premio Nobel de Literatura.
Esta vez, se trata de una obra muy cortita, pero cargada de simbolismo, girando la historia en torno a la tradicional ceremonia japonesa del té.
La trama se centra en Kikuji, un joven de tan solo veinte años cuyos padres han fallecido. Es manipulado e influenciado por dos de las amantes que estuvieron durante un tiempo con su padre. Mientras una de ellas una parece tener buenas intenciones, la otra busca venganza. Es como si las acciones del pasado de su padre cayeran en la responsabilidad de su hijo.
Kawabata nos mete de lleno en cómo influye el pasado en la siguiente generación. Kikuji sentirá vergüenza y culpa por las acciones de su antepasado, cargando este gran peso a su espalda.
Es un libro donde el autor nos deja además multitud de sutiles descripciones para admirar algo tan ancestral e importante para los japoneses como es la ceremonia del té, donde los mismos utensilios, como los cuencos para beber, son de una gran belleza, hechos artesanalmente y que conservan las familia durante largas generaciones, con un gran valor sentimental.
En definitiva, no ha sido una de mis lecturas orientales favoritas, pero para ser un libro tan corto, está cargado de luz y oscuridad, así como de simbolismo, donde deja de manifiesto cómo el pasado es capaz de influir en nuestras vidas, y cómo a veces no puedes escapar de él.