Nell Leyshon
Del color de la leche
Sexto Piso, 2015
Elias Canetti escribió que en las escasas ocasiones en que las personas logran liberarse de las cadenas que las atan suelen, inmediatamente después, quedar sujetas a otras nuevas. Mary, una niña de quince años que vive con su familia en una granja de la Inglaterra rural de 1830, tiene el pelo del color de la leche y nació con un defecto físico en una pierna, pero logra escapar momentáneamente de su condena familiar cuando es enviada a trabajar como criada para cuidar a la mujer del vicario, que está enferma. Entonces, tiene la oportunidad de aprender a leer y escribir, de dejar de ver «sólo un montón de rayas negras» en los libros. Sin embargo, conforme deja el mundo de las sombras, descubre que las luces pueden resultar incluso más cegadoras, por eso, a Mary sólo le queda el poder de contar su historia para tratar de encontrar sosiego en la palabra escrita. En Del color de la leche, Nell Leyshon ha recreado con una belleza trágica un microcosmos apabullante, poblado de personajes como el padre de Mary, que maldice a la vida por no darle hijos varones; el abuelo, que se finge enfermo para ver a su querida Mary una vez más; Edna, la criada del vicario que guarda tres sudarios bajo la cama, uno para ella y dos para un marido y un hijo que no tiene; todo ello, enmarcado por un entorno bucólico que fluye al compás de las estaciones y las labores de la granja, que cobra vida con una inocencia desgarradora gracias al empeño de Mary de dejar un testimonio escrito del destino adquirido, al cual ya no tiene la menor posibilidad de renunciar.
Puntuación
Reseña
No sé cómo he podido tardar tanto en descubrir a Nell Leyshon, sobre todo este título, que consigue que tengas el vello de punta en cada una de sus páginas. Será uno de esos libros que se me quedarán en la memoria por un largo tiempo, mas aún tras pensar que tristemente ha sido la realidad de multitud de mujeres en los años en los que se basa la novela.
A lo largo de un texto breve, crudo y emotivo conocemos a la valiente Mary, una granjera de tan solo quince años que vive sin conocer algo más allá de su casa/granja, lugar en el que trabaja prácticamente desde el amanecer hasta la hora de acostarse, acompañada de tres hermanas, su madre y un padre abusivo, pasando penurias, frio y hambre.
“Este es mi libro y lo estoy escribiendo con mi propia mano.»
A modo de diario y para que quede constancia de su día a día, es Mary la que escribe este libro de un modo bastante peculiar. Está escrito de manera simple e incluso con alguna falta ortográfica, para ponernos en el lugar de una joven que apenas sabe leer y escribir, para ver el mundo como ella lo vio y para reflejar las circunstancias en las que vive.
Apenas comienza su historia nos relata su pasado en la granja, en la que su función consiste prácticamente en trabajar, trabajar y trabajar. Si no tenía bastante con esto, vemos también cómo su padre, empeñado en ganar la mayor cantidad de dinero, la vende al vicario como sirvienta con el fin de cuidar a su enferma esposa. En este lugar hay momentos en los que se siente libre, llegando incluso a aprender a leer y escribir, pero nada de esto le saldrá barato tras tocarle vivir en una época en la que las mujeres están completamente a merced de los hombres.
Me ha encantado el personaje que nos presenta Nell Leyshon, la actitud que tiene y lo directa que es. Escrito con un estilo que me ha recordado al de Sara Mesa; te inquieta, te incomoda, pero no puedes dejar de leerlo. Por momentos parece previsible y me veía venir lo que le iba a suceder a la pobre Mary, pero el final me ha resultado bastante inesperado y esperanzador.
Un libro muy, muy recomendable.