Ursula K. Le Guin
El nombre del mundo es bosque
Minotauro, 2021
Dentro de la gran tradición literaria de las utopías y antiutopías que se inicia en el siglo XVII, El nombre del mundo es Bosque muestra una vez más la claridad y el poder de la visión «ecológica» de Ursula K. Le Guin: un universo dinámico y en equilibrio que se mantiene en el tiempo de acuerdo con leyes propias que no admiten la intromisión del hombre.
En el planeta Atshe, el ciclo de la vida, la cultura, las costumbres, los procesos mentales nacen y se desarrollan en la estabilidad autónoma del cosmos, pero la llegada de una expedición terrestre cambiará dramáticamente el pacífico modo de vida de los nativos del planeta.
Puntuación
Reseña
Me da que no hubiera llegado hasta este libro si no fuera por la lectura conjunta de #Lecturasenlatribu. Este mes de Agosto tocaba leer en grupo este gran libro de Ursula K. Le Guin. He de adelantar que me ha encantado, gracias al trasfondo que tiene la propia historia.
Al principio me resultó un poco lioso, ya que se trata de un libro breve y te mete de lleno en un mundo nuevo con abundante información que te puede llegar a descolocar. Por esta razón tuve que leerme dos veces el segundo capítulo. Una vez me adentraba más de lleno en la historia, no pude parar de leer.
Ursula, alzando su bandera reivindicativa y feminista, nos mete de lleno en una obra de ciencia ficción cargada de críticas hacia la colonización y patriarcado como temas principales. Nos sitúa en un planeta llamado Nueva Tahití, un lugar cubierto de bosque y habitado por pequeños humanoides de pelaje verde. Como si de un Cristobal Colón se tratara, en la época donde existen los viajes espaciales, un grupo de hombres se lanzan a colonizar este nuevo planeta con el fin de cosechar sus recursos naturales, ocupando poblaciones indígenas y utilizándolos como esclavos y como mano de obra para talar los árboles nativos.
La autora nos muestra como personaje principal a Davidson, un hombre descrito mediante sus acciones como un machista repugnante y racista, típico personaje al que le coges manía que además, solo sabe solucionar los problemas con la violencia.
No quiero destripar demasiado la historia, pero según avanzan los capítulos y como es de esperar, este personaje incumple una serie de normas y a través del uso de la violencia, se rebela contra los nativos. Me ha recordado mucho este libro a la película Avatar, donde los humanos no somos cuidadosos ni con nuestro propio planeta.
Se me ha hecho realmente corto este libro donde se tratan temas como la colonización y la destrucción ambiental, asombrosamente escrito en el año 1976; un texto que parece haberse escrito actualmente e invita a la reflexión.
De verdad, si os atrae algo la ciencia ficción es altamente recomendable leerlo.