La gente no existe. Laura Ferrero

Laura Ferrero

La gente no existe

Alfaguara, 2020


Una mujer se enamora de un vecino por cómo cuida las plantas de su terraza. Un hombre organiza una fiesta con todos sus seres queridos para celebrar el final de una larga enfermedad. Una niña acompaña a su madre a ver pisos que nunca podrán permitirse y un padre lleva a su hija adoptada a conocer a su madre biológica…

En estos relatos hay amor y desamor. Hay ausencia y culpa. Hay esperanza. Están los que celebran el hoy y lo que está por venir, y otros que prefieren vivir en las expectativas, donde se sienten protegidos. Los que pueden, olvidan. O no del todo. O no siempre. Algunos no creen saber qué es existir ni desear, ni qué hace que una vida sea una vida. Pero ¿alguien lo sabe?

Las historias de La gente no existe narran lo íntimo, aquello que solo somos capaces de contar en voz baja, lo que nos ocurre cada día. Y nos deslizamos por ellas comprobando que «el camino de la emoción sin impostura que ha transitado Ferrero es uno de los que lleva a la gran literatura».

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Puntuación


Reseña


Emoción en cada página y pelos de punta en cada párrafo. Esto es lo que te puedes encontrar en este libro, que justamente ha sido al primero de este año al que le pongo la mayor puntuación. No sé ya hasta qué punto puedo ser objetivo con la reseña de este libro, ya que fue todo un descubrimiento conocer la escritura de Laura Ferrero con su anterior libro Qué vas a hacer con el resto de tu vida, y desde entonces me ha enganchado gracias al talento que tiene incluso para escribir sus posts de Instagram. Ya me fascinaba como escribe esta mujer, y con este último libro, lo vuelvo a reafirmar.

Se trata de un libro de relatos, de tan solo unas pocas páginas cada uno de ellos, pero con tal intensidad que alguno de ellos es capaz de dejarte con el corazón encogido, con historias tan cotidianas, que podrías ser tú mismo el protagonista de alguna de sus historias y dejándote una sensación de querer saber más acerca de los personajes que aparecen en cada uno de ellos. Es una oda a las pequeñas cosas de la vida cotidiana y los detalles del día a día.

La mayoría de historias están basadas en las relaciones personales, como puede ser el reencuentro en la estación de Atocha de la protagonista con su padre cada vez que viaja a Madrid; la celebración de un hombre con su familia tras una larga y dura enfermedad, o el viaje que hace un padre con su adolescente hija para conocer a su madre biológica. Son algunos ejemplos de las historias que puedes encontrar en este libro, todas ellas cargadas de emociones y sacándole ese pequeño momento de felicidad a multitud de acciones cotidianas.

Ha sido uno de esos libros que devoras pero que no quieres que se acaben. A pesar de describir personajes cotidianos, Laura con su escritura hace que cada uno de ellos sea especial, y consigue que te metas de lleno en cada relato, empatizando con cada uno de sus personajes.

Lo único bueno que me queda tras haber conocido a la autora relativamente hace poco, es que pasó por alto su anterior libro, también de relatos, Piscinas vacías, y ya me está esperando en la estantería de casa. Al igual que me pasa con Auster, no voy a querer nunca que se acaben sus libros. Por favor, id ya corriendo a vuestra librería a por esta joya.