Nada es verdad. Veronica Raimo

Veronica Raimo

Nada es verdad


Veronica pasa su infancia y adolescencia en un barrio de Roma junto con su excéntrica familia: una madre omnipresente que vive permanentemente angustiada, un padre lleno de estrafalarias obsesiones y un hermano mayor, casi perfecto, que es el centro de toda la atención. Día a día tendrá que sortear situaciones tan embarazosas como desternillantes y descubrirá la impostura como forma de mantenerse cuerda y lidiar con la vida que le ha tocado en suerte.

En esta divertidísima novela, ganadora del Premio Strega Giovani y que ha causado sensación en Italia, Raimo nos ofrece una precisa radiografía de esa energía paralizante que puede llegar a ser la familia y de la empresa siempre incierta que es convertirse en mujer.

Nada es verdad es un extraordinario retrato generacional, feroz e irreverente, sobre vínculos, pérdidas, desastres familiares y la aventura de crecer; una novela que rebosa inteligencia y que nos recuerda el valor siempre terapéutico de la comedia.

Comprar libroEbook / Kindle

Puntuación


Reseña


He visto mil veces este libro rondar por Instagram, por lo que veo ha dado mucho que hablar y entre las opiniones que he leído, la mayoría eran favorables, por eso me lancé sin dudarlo a leerlo. El caso que he tenido sentimientos encontrados, aunque la lectura resultó ágil y me arrancó más de una carcajada, no he terminado de conectar con este libro.

Verónica Raimo nos invita a un viaje por sus memorias entre lo autobiográfico y lo ficticio, desafiándonos a distinguir entre la realidad y la invención en su relato, más razón aún cuando vemos que el libro se titula «Nada es verdad».

Desde los primeros párrafos de la lectura, nos sumerge en el universo de su peculiar familia con un tono alegre y desenfadado, insistiendo en su singularidad desde la infancia. A través de multitud de anécdotas familiares, algunas de ellas bastante cómicas, Raimo nos ofrece un retrato burlesco de su familia, entrelazado momentos de drama como la pérdida de su padre, a quien recuerda con ternura, al igual que ocurre con su abuelo, una figura central en su infancia.

Sin embargo, conforme avanza la narración, el tono festivo va cediendo espacio a reflexiones más serias, revelando las complejidades de su pasado y su transición a la edad adulta. De manera similar a cómo rememoramos nuestras propias experiencias, la autora logra capturar momentos de la infancia que evocan una mezcla de nostalgia y ternura.

En resumen, Veronica nos invita a reflexionar sobre la vida familiar y la complejidad de la vida misma. Nos adentramos en sus íntimos pensamientos, las relaciones afectuosas entre los diferentes componentes, como es la genial conexión que tiene con su hermano, que curiosamente es escritor como ella. Ha sido una lectura de esas que te entretienen, pero según pase el tiempo no perdurará mucho por mi memoria.