Otro libro de Acantilado que se suma a mi lista de reseñas. Siempre que comienzo un libro de esta editorial voy ya con grandes expectativas. No ha sido una de mis lecturas favoritas, pero si que ha sido bastante interesante, con la que he aprendido algo más sobre la historia de Rusia, ya que aún teniendo este libro pocas páginas, incorpora algunos toques históricos reales a lo largo de la novela.

Antes de comenzar el libro, no sabía que se trata de una continuación del ejemplar llamado Loxandra de la misma autora, aunque se puede leer independientemente, donde la protagonista de esta historia es la nieta del personaje principal del anterior libro; una valiente joven llamada Ana cuya historia se sitúa a principios del sigo XX, durante los años que estalló la Primera Guerra Mundial.

Todo comienza cuando Ana, que vive en Constantinopla, es invitada por su tío a pasar unas vacaciones durante un mes en Rusia, durante su época vacacional. Este viaje se convierte en una larga odisea, ya que durante el largo trayecto que le llevará hasta su destino se pierde junto a su tía y casualmente comienzan los primeros acontecimientos de la Primera Guerra Mundial.
Este periodo vacacional que iba a durar solamente un mes, se transforma en unos largos 5 años en los que, debido a la guerra, no puede volver a su ciudad y nos va describiendo su día a día, cómo tiene que adaptarse y sobrevivir en este nuevo territorio, en el que incluso ha de buscarse un trabajo para irse aclimatando a su nueva situación.

La autora nos va describiendo perfectamente el ambiente y atmosfera de dicha época, viviendo en unas duras condiciones.

En resumen, y como amante de las novelas rusas, ha sido otra entretenida novela en la que acompañamos a la protagonista sobre un duro y bastante conmovedor viaje, con toques nostálgicos por volver a su hogar. Me ha servido para dar un largo viaje por el Cáucaso, conociendo así sus tradiciones.